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Freiburger Geographische Hefte, Tomo 56

Christoph Schneider (1998): Zur raumzeitlichen Differenzierung der Energiebilanz und des Zustandes der Schneedecke auf zwei Gletschern der Marguerite Bay, Antarktische Halbinsel

Resumen

La Península Antártica representa un espacio de interés especial con respecto al análisis de los efectos regionales del cambio climático global. Con su gran extensión del norte al sur, la cordillera forma el único obstáculo en la zona de vientos de oeste en el hemisferio sur. El efecto inverso entre la circulación de las latitudes bajas de este hemisferio y el sistema circular de la Antártida tienen efecto directo a la circulación atmosférica en la zona de vientos de oeste y en la distribución del hielo marítimo en esta zona. Es significativo en este contexto que un calentamiento de 2,5 K se midió en el lado occidental de la Península Antártica durante los últimos 50 años. En concordancia con eso la extensión del hielo marítima del Mar Bellingshausen en el oeste de la Península Antártica mostró una tendencia negativa en los últimos 25 años.

Es la intención del trabajo presente plantear los conocimientos que hubo hasta ahora sobre el clima regional en la Bahía Margarita en el lado occidental de la Península Antártica. Este clima se caracteriza por la posición protectora en el sotavento de las islas grandes Isla Alexander e Isla Adelaide que se encuentran alrededor de la bahía así como por la cresta montañosa de la Península Antártica. Tanto las situaciones sinópticas occidentales con advección de aire caliente y húmedo del noroeste como situaciones sinópticas orientales con efectos de foehn dominan las condiciones atmosféricas. Resulta importante en este contexto que en el interior de la Bahía Margarita se forman actualmente pequeños áreas de ablación en los sitios más bajos debido a temperaturas medias hacia 0° C durante los meses de verano exclusivamente en los glaciares expuestos al norte.

El trabajo empírico se concentra en los dos glaciares Northeast y McClary a 67° del oeste y 68° del sur en la Bahía Margarita. En el verano de 1994/95 se instalaron tres estaciones climáticas automáticas en los glaciares Northeast y McClary y además se observó la metamorfosis de la capa de nieve y la estructura de ella en perfiles de nieve y con bastones de ablación. Mediante el análisis de los datos correspondientes se pudo comprobar que durante el verano la reducción observada de la capa de nieve coincide en gran escala con la derivación micrometeorológica del balance de energía de la capa de nieve. Se pudo demonstrar que el balance de energía del verano en la superficie de la capa de nieve está dominado por los flujos turbulentes de calor. La ganancia de energía de la capa de nieve se basa sobre todo en el flujo de calor perceptible.

En la base de un modelo de terreno se evaluó además la diferencia espacio-temporal del balance de energía y se comprobó el estado de la capa de nieve con la ayuda de un modelo simple que se desarolló en el marco de este trabajo. Este modelo define la distinción de una zona actual de nieve húmeda y de la zona de percolación con nieve helada. La distinción puede suceder también con la ayuda de imágenes satelitales radares. En el caso siguiente se derivó la posición de las zonas de nieve en los veranos 1993/94 y 1994/95 con el modelo presente y se la comparó con imágenes satelitales radares. Ambos métodos producen resultados concordantes. Resulta que la temperatura media del verano de 1994/95 (+1.2°C) que fue más alta, comparada con la del verano de 1993/94 (-1.0° C) llega a una subida del límite entre las dos zonas de nieve de aproximadamente 290m.

Para los primeros 500 m de altura de los glaciares demostran mediciones de bastones de ablacíon y perfiles de nieve además una acumulación invernal entre 300 y 500 mm de equivalente de aqua y una diferencia espacial pequeña. La ablación de verano depende de la temperatura del aire y de la altura y llega a valores entre 200 y 400 mm de equivalente de agua en alturas más bajas. Además estas observaciones dan como resultado que al final del verano de 1994/95 se formó una zona de ablación en el glaciar Northeast que llegó hasta 110 m sobre el nivel del mar.

Resulta que con una subida de las temperaturas medias de verano en los glaciares que se encuentran cerca de la costa de este región, hay que tener en cuenta que se pueden formar zonas de ablación grandes. A causa del albedo bajo de las superficies glaciares sin nieve el desagüe en el verano gana importancia como parte del balance de la masa de los glaciares, si el calentamiento continua. La dinámica de los glaciares se adapta en períodos largos a variaciones climáticas. Al contrario de eso los cambios descritos en el trabajo presente tienen efectos en períodos cortos. Los métodos desarollados en este investigación hacen posible la observación y el análisis de estos cambios a corto plazo.